El antisemitismo de izquierda no es nuevo

Por Roberto Bravo,

Ya en 1844, en su escrito “Sobre la cuestión judía”, el mismo Karl Marx se pronunció por la desaparición del judaísmo a través del internacionalismo en el comunismo.

En 1903, en su artículo “¿Necesita el proletariado hebreo un partido político independiente?”, Lenin se pronunció contra el judaísmo.

En 1917, la revolución bolchevique abolió las restricciones zaristas contra los judíos. Pero en 1918, la “Yevséktsiya” fue creada como sección del Partido Comunista, a fin de ganarse a los judíos de Rusia para el nuevo régimen. La religión judía fue prohibida.

En 1928, a órdenes de Stalin fue creada la Región Autónoma de Birobidján. Con el yiddish como idioma oficial, los mismos judíos debían desmontar su judaísmo.

En 1941, Alemania atacó a la Unión Soviética; 500.000 judíos lucharon en el Ejército Rojo, de los cuales 120.000 cayeron en combate. En 1942, Solomon Mikhoels e Itzik Feffer fundaron el Comité Judío Antifascista;  en 1943, realizaron una gira de siete meses por Canadá, los Estados Unidos, México y Gran Bretaña y lograron recaudar más de 32 milliones de dólares e insistieron ante la opinión pública sobre la necesidad de reabrir el frente occidental; ésto no los salvó de las acusaciones de “nacionalismo burgués” y “quinta columna de los Estados Unidos”.

En 1947, la Unión Soviética votó a favor de Israel en las Naciones Unidas. Stalin quería así utilizar la compasión mundial con los sobrevientes del Holocausto para sustituir el poderío británico en el Medio Oriente por el soviético, con Israel como satélite al igual que en su día la República Democrática Alemana. Ben Gurion se negó de plano.

En 1948, Stalin inició la campaña contra los “cosmopolitas descastados”. El Comité Judío Antifascista fue disuelto, Mikhoels fue atropellado por un camión en Minsk (“accidente” arreglado por el KGB), quince miembros fueron condenados a muerte y Polina Zhemchúzhina, la esposa de Mólotov, a cinco años de trabajos forzados.

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