Rogelio Mayta, Canciller de Bolivia, reconoció que no hay avances en los trámites de extradición de Arturo Murillo, Ex Ministro de Gobierno, y advirtió que se está a la espera de los legajos correspondientes por parte de la Justicia, que éstos deben tener el cuidado de reunir documentos y pruebas para demostrar ante las autoridades judiciales de Estados Unidos que las personas de quienes se reclama la extradición, tendrían alta probabilidad de los crímenes que se les atribuye.

“Lo que tiene que entenderse aquí es que la Fiscalía es quien solicita al juez del proceso y éste dispone la extradición y debe realizarse un legajo de extradición específico que tiene que tener todos los documentos autosuficientes para sustentar la solicitud de extradición”, indicó Mayta en el programa por streaming Asuntos Centrales.

El 7 de junio, Cancillería devolvió a la Justicia la solicitud de extradición de Murillo por “adolecer de los principales elementos”. El exhorto suplicatorio activado por el Tribunal Departamental de Justicia (TDJ) de La Paz fue presentado a la Cancillería el 2 de junio.

Según Mayta, la traducción a la solicitud de extradición debe estar en manos de traductores acreditados por la Embajada de Estados Unidos y que tengan especialidad en el manejo del lenguaje técnico jurídico.

Además, advirtió que si no se cumplen con los requisitos específicos las autoridades judiciales del país del norte pueden rechazar la extradición, por lo que recomendó tener cuidado y que las personas interesadas busquen asesoría de abogados de EEUU para no cometer equivocaciones.

El ex Ministro de Gobierno fue aprehendido el 21 de mayo en Estados Unidos junto a otras cuatro personas y esta acusado por los delitos de soborno y conspiración para cometer lavado de dinero y podría enfrentar una pena de hasta 20 años de prisión.

El 9 de julio debe asistir a una audiencia en Miami en la que se definirá la acusación, y la solicitud de detención contra el ex Ministro que en Bolivia es sindicado de participar en la compra con sobreprecio de gases lacrimógenos por $us 2,3 millones.