Papa Francisco imagina que morirá en Roma, siendo pontífice, y que no regresará a vivir a Argentina, su país natal, según una entrevista incluida en el libro “La salud de los papas”, cuyo anticipo divulgó este sábado en el medio argentino La Nación.

Sin embargo, Francisco afirmó estar “bien y lleno de energía” y ha recordado el “momento difícil” en 1957, a los 21 años, cuando le extirparon el lóbulo superior del pulmón derecho a causa de tres quistes. “Cuando me recuperé de la anestesia, el dolor que sentía era muy intenso. No es que no estuviera preocupado, pero siempre tuve la convicción de que me recuperaría”, contó.

Pontífice reconoce que sí piensa en la muerte, ha asegurado que "en absoluto" le tiene miedo.

En este punto, recalcó que la recuperación fue completa y que no sintió ninguna limitación en sus actividades. Hasta el día de hoy no tuvo que limitar o cancelar actividades previstas, incluso en los distintos viajes internacionales.

 “Nunca he sentido fatiga ni falta de aire. Como me explicaron los médicos, el pulmón derecho se ha expandido y ha cubierto todo el hemitórax ipsilateral”, detalló el pontífice.

También, el Papa ha explicado que no fue psicoanalizado, pero cuando fue provincial de los jesuitas, tuvo que llevar a personas a la clandestinidad para sacarlas del país y salvar sus vidas.

“Tuve que enfrentarme a situaciones que no sabía cómo afrontar. Fui a ver a una señora, una gran mujer, que me había ayudado a leer unos test psicológicos para novatos. Así que, durante seis meses, la consulté una vez a la semana”, recordó Papa Francisco.

La psiquiatra ayudó al Papa esos seis meses a orientarse sobre cómo afrontar los miedos de aquella época.

“Imagínense lo que fue transportar a una persona oculta en el coche, solo por una manta, y pasar tres controles militares en la zona de Campo de Mayo. La tensión que me generaba era enorme”, recordó.